DOS NOTAS SOBRE EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA.
DOS NOTAS SOBRE EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA.AMY GOODMAN entrevista a manifestante,a EVO MORALES Y A KATHRYN LEDEBUR.
1A.Segunda masacre a manos de militares bolivianos contra partidarios de Morales
20 Noviembre de 2019
Image Credit: Twitter: @JuanesRosario
En Bolivia, la
policía y las fuerzas militares mataron al menos a cinco
manifestantes a favor de Evo Morales e hirieron a docenas de personas
el martes, en al menos la segunda masacre contra los partidarios de
Morales desde que el presidente boliviano fue derrocado, en lo que
él llama un golpe militar. La masacre del martes ocurrió
en la ciudad de El Alto, cerca de la capital, La Paz, donde los
manifestantes habían estado bloqueando una importante planta de
combustible durante días. La policía y las fuerzas
militares desplegaron helicópteros y vehículos blindados
en el lugar de la protesta. Los testigos dicen que una unidad militar
abrió fuego contra los manifestantes, matando al menos a cinco
jóvenes. Esto fue lo que dijo un familiar de una de las
víctimas.
El familiar de una
de las víctimas dijo: “Los que estaban atrás se lo
llevaron y lo arrastraron hacia adentro. ¿Qué van a hacer
con él ahora? ¿Lo van a hacer desaparecer? Ahora dicen
que no hay muertos. Hay personas muertas. Sus hermanos están
aquí. Hay personas muertas. Lo atravesó una bala y los
médicos dicen que probablemente vaya a morir. Y la prensa no
dice nada. Dice que no hay enfrentamientos”.
Los asesinatos del
martes se produjeron después de la masacre del viernes cerca de
Cochabamba, donde las fuerzas de seguridad mataron al menos a nueve
partidarios de Morales. Todo esto sucede mientras Alemania se ha
asegurado el acceso a la vasta reserva de litio de Bolivia, una materia
prima clave para la producción de baterías para
teléfonos celulares y automóviles eléctricos. Poco
antes de su derrocamiento, Evo Morales dijo que planeaba cancelar el
acuerdo con Alemania. Pero el gobierno derechista de la autoproclamada
presidenta Jeanine Áñez ahora dice que seguirá
adelante con el acuerdo minero. La región boliviana de
Potosí alberga más del 50% de las reservas de litio del
mundo.
2DA.Masacre en
Cochabamba: aumenta la violencia de los militares contra los
indígenas mientras las protestas denuncian el golpe de Estado en
Bolivia
Original en Español 19 de noviembre de 2019
1. En Bolivia, al menos 23 personas(al 19 de noviembre de 2019 Nota de
la Readacción) murieron en la escalada de violencia que se vive
desde que el presidente Evo Morales, primer presidente indígena
del país, renunciara la semana pasada tras el pedido de las
fuerzas militares. El creciente malestar rápidamente se
convirtió en caos violento el viernes 15 de noviembre en las
afueras de Cochabamba, cuando las fuerzas militares abrieron fuego
contra manifestantes indígenas partidarios de Morales. Al menos
nueve personas murieron y más de cien resultaron heridas. La
violencia empezó inmediatamente después de que miles de
manifestantes, muchos de ellos productores indígenas cocaleros,
se reunieran para realizar una marcha pacífica en la localidad
de Sacaba y luego intentaran pasar por un puesto de control militar
para ingresar a Cochabamba. En medio de la escalada de violencia y las
denuncias de actos racistas contra los indígenas generalizados,
los manifestantes exigen la dimisión de Jeanine
Áñez, la auto proclamada presidenta interina.
Áñez es una legisladora de derecha que se
autodesignó la semana pasada en una sesión legislativa
sin quórum. Dijo que el presidente socialista exiliado Morales
que se exilió en México tras ser depuesto por las fuerzas
militares el 10 de noviembre, no podría participar en una nueva
vuelta electoral y debería enfrentar una demanda judicial si
regresaba a Bolivia, país de población mayoritariamente
indígena. El domingo 17 de noviembre, el enviado especial de la
ONU Jean Arnault convocó a Jeanine Áñez y los
líderes del partido político de Morales, Movimiento al
Socialismo, a un diálogo, aunque sin fijar una fecha.
Para saber
más de este tema hablamos con Kathryn Ledebur, quien que se
comunica con nosotros desde Cochabamba. Ledebur es directora de la Red
Andina de Información e investigadora, activista y analista con
más de dos décadas de experiencia en Bolivia.
Transcripción
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
AMY
GOODMAN: Esto es Democracy Now!, democracynow.org, soy Amy Goodman. Hoy
hablamos del golpe de Estado en Bolivia, donde al menos 23 personas han
muerto en medio de una creciente violencia desatada desde que el
presidente Evo Morales renunció a su cargo por orden de las
fuerzas armadas. El creciente malestar social se convirtió en
violencia y caos el viernes 15 de noviembre en los alrededores de
Cochabamba después de que las fuerzas armadas abrieran fuego
contra manifestantes indígenas partidarios de Morales,
asesinando al menos a nueve personas e hiriendo a más de 100. La
violencia comenzó cuando miles de manifestantes, muchos de ellos
cocaleros indígenas, se concentraron en la localidad de Sacaba
para realizar una marcha pacífica e intentaron atravesar un
puesto de control militar para entrar en Cochabamba. Esta es una de las
manifestantes en Sacaba.
MANIFESTANTE:
“…Directo a atacar: ‘ustedes, ustedes los del MAS
son los que atacan’. Y no es así, señores. En
realidad ellos han venido tranquilamente, han esperado largo tiempo. Y
los periodistas de Bolivia, toditos, toditos no graban, no pueden
entrevistar a uno de aquí porque saben que van a hablar la
verdad y ellos no quieren que salga a la luz la verdad. Nosotros lo que
pedimos es paz para Bolivia, por favor. Ya no queremos más
muertos, ya no queremos esta tristeza. Usted está viendo
cuántos muertos hay.
AMY
GOODMAN: La masacre ocurrió un día después de que
la presidenta autoproclamada Jeanine Áñez emitiera un
decreto que exime a los militares de cualquier tipo de responsabilidad
penal por los actos violentos que puedan cometer. Los manifestantes
están exigiendo la renuncia de Áñez, una senadora
boliviana de derecha que se nombró a sí misma presidenta
la semana pasada en una sesión legislativa sin el cuórum
necesario. Tras su autonombramiento formó un nuevo gabinete sin
ningún miembro indígena, pero finalmente incluyó
alguna persona indígena en el gabinete debido a la
presión pública. Áñez ha calificado en el
pasado a las comunidades indígenas de
“satánicas” y ha declarado que con su presidencia la
Biblia vuelve a Bolivia.
Áñez
dijo la semana pasada que el presidente socialista exiliado de Bolivia,
Evo Morales, quien huyó a México tras ser depuesto por
los militares el domingo pasado, no podrá volver a postularse
para unas nuevas elecciones y que será procesado si vuelve al
país. Morales es el primer presidente indígena de
Bolivia, un país cuya población es mayoritariamente
indígena.
El
domingo, el enviado de la ONU para Bolivia, Jean Arnault, pidió
que se abran conversaciones entre Áñez y los
líderes del Movimiento al Socialismo, el partido de Morales.
Aún no se ha establecido una fecha para dichas conversaciones.
Para
hablar más de este asunto nos acompaña desde Cochabamba
Kathryn Ledebur, directora de la Red Andina de Información,
investigadora, activista y analista con más de dos
décadas de experiencia en Bolivia. Bienvenida a Democracy Now!
¿Puede explicar lo que ocurrió el viernes?
KATHRYN
LEDEBUR: Claro que sí. Mire, eso ocurrió el viernes en la
ciudad de Sacaba, que está a unos 20 minutos de Cochabamba. Es
importante tomar en cuenta que desde la semana pasada, desde el golpe
de Estado, las fuerzas de seguridad, militares y policías
combinados no han permitido gente de áreas rurales y
especialmente gente del área productora de coca del
trópico de Cochabamba, de donde es Evo Morales, entrar a la
ciudad. Les han apuntado con armas, les han maleado, les han mandado,
hasta a miembros del Congreso boliviano, como la diputada Juana Quispe,
le dicen: “Vuelvan a su lugar, ustedes no pertenecen
aquí”. Eso es una situación completamente
antidemocrática y han optado, los miembros, algunos
representantes de la organización de las seis federaciones del
trópico de productores de coca, por intentar marchar
pacíficamente a la ciudad de Cochabamba.
Hemos
documentado la noche de la masacre, hemos estado con un representante
de la Clínica de Derechos Humanos de la Universidad de Harvard.
Los manifestantes estaban desarmados. La versión del nuevo
supuesto Gobierno boliviano de que ellos estaban armados es
patentemente falsa. En ningún momento… yo he trabajado
con los productores de coca por 20 años y este no ha sido el
caso en ningún momento. Ellos han sacado sus barbijos, que
estaban usando para evitar los gases lacrimógenos, y estaban
avanzando pacíficamente, según el testimonio de
más de 30 testigos. En ese momento, las fuerzas combinadas
lanzaron gas lacrimógeno y después inmediatamente balas
de guerra.
AMY GOODMAN: Explique quiénes son las fuerzas armadas que han abierto fuego contra los manifestantes.
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, son fuerzas armadas y también son fuerzas
policiales que han sido destacados para evitar que entren los
productores de coca y otra gente del área rural a las ciudades,
aunque ellos sean del mismo departamento y tienen todo el derecho de
transitar. Ellos tenían el deseo de marchar pacíficamente
a la ciudad de La Paz. Eso es bajo orden directa del Estado que se ha
autoimpuesto. Eso ha sido avalado por un decreto supremo, brindando
impunidad completa y borrando cualquier responsabilidad de las fuerzas
de seguridad. Es una situación de violencia autorizada, de
dictadura, que conduce a una situación y un desenlace
trágico si no cambian las cosas.
AMY
GOODMAN: ¿Puede hablar del decreto aprobado por el nuevo
Gobierno tras la destitución de Evo Morales que dice que todo el
mundo está obligado a cooperar con las fuerzas armadas y que
quedan “exentos de responsabilidad penal”? El decreto fue
emitido por la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez.
Explique quién es ella y hable de su actitud hacia las personas
indígenas.
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, este decreto supremo nunca fue publicado en la Gaceta
Oficial, fue firmado a puerta cerrada. Es algo que inmediatamente la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha denunciado por
violar todos los convenios internacionales de derechos humanos y han
tenido una serie de reclamos específicos. Esto se hizo de manera
callada por el Gobierno de Jeanine Áñez.
Ella
es una senadora de la zona de tierras bajas del Beni. Ella no tiene
ningún derecho constitucional, ella fue la segunda
vicepresidenta del Senado y no tiene derecho, según la
Constitución, a ser presidenta. Ella, en sus cuentas de Twitter
y por otros medios en internet, en el pasado ha expresado sentimientos
racistas antindígenas, comparando la cosmovisión andina
con ritos satánicos, burlándose de personas
indígenas por usar zapatos. Y eso es algo que comparten los
otros miembros de su gabinete, con la mayoría de ellos.
AMY
GOODMAN: ¿Puede hablar sobre la gente que ha ocupado el poder
desde la renuncia de Evo Morales, no solo Áñez, quien se
autodeclaró presidenta sin el cuórum necesario, sino
también Luis Fernando Camacho? Explique quién es
él y si lo considera un fascista. Camacho es conocido por su
actitud hacia los indígenas y por hablar, tanto él como
la gente alrededor suyo, de traer la Biblia de nuevo a Bolivia.
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno Amy, yo creo que es una situación sumamente
preocupante, porque en las elecciones del pasado 20 de octubre vimos a
Carlos Mesa, un supuesto centrista, como el segundo candidato
más votado. Pero durante los pasados meses los elementos
centristas de la oposición se han ido halando hacia la derecha y
ahora el portavoz principal de este movimiento es Luis Fernando Camacho.
Camacho
empezó su carrera política como presidente de la
Unión Juvenil Cruceñista. Esa es una organización
que utiliza un saludo nazi como parte de sus reuniones y en sus
comunicados oficiales. Ahora él es un extremista presidente del
Comité Cívico Pro Santa Cruz. Él ha sido votado
por menos de 250 miembros del comité. Camacho le está
dando un bañado pseudoreligioso a un odio, a un control del
estado por parte de la ciudad de Santa Cruz y a un discurso cada vez
más afiliado con la ultra ultraderecha. Y los elementos que
antes percibíamos que eran centristas han dejado que él
empuje el coche y no denuncian este comportamiento. Es una
situación sumamente preocupante.
AMY
GOODMAN: Quiero que veamos un video de una manifestación en
Cochabamba tras el fin de semana, en el que un hombre denuncia la falta
de cobertura mediática en Bolivia de la violencia de los
militares y la policía contra los manifestantes indígenas
pro-Morales.
MANIFESTANTE:
¿Por qué no vienen a buscar la verdad de mis hermanos
caídos? ¿Por qué no vienen? ¿Por qué
se excusan diciendo que nosotros los vamos a agredir? Mi pueblo no los
va agredir, mi pueblo ha venido a buscar paz. Solo queremos eso. Hago
un llamado a toda la prensa, que venga y muestre la realidad. Que no
distorsione la información, que no genere más violencia,
que no nos van a luchar como bolivianos, porque solo nosotros buscamos
paz y justicia. ¿Qué queremos?
MULTITUD: ¡Justicia!
AMY
GOODMAN: Esta es una mujer en el funeral de una de las nueve
víctimas confirmadas después de que los militares
abrieran fuego contra los manifestantes en Sacaba.
MUJER
EN FUNERAL: Lo que la gente está viviendo hoy en día
nadie está mostrando. Agradezco a las personas que hoy en
día están viniendo a dar un plato de comida a nuestros
hermanos. Y vamos a seguir luchando hermanos. ¡El pueblo no
está solo carajo! ¡El pueblo no está solo carajo!
¡Queremos que renuncie!
AMY
GOODMAN: La mujer está hablando de la autoproclamada presidenta
Áñez, pero ambas personas están hablando de la
falta de cobertura en los medios de comunicación de la masacre.
¿Puede hablar de la prensa en Bolivia?
KATHRYN
LEDEBUR: Sí, es una situación tremenda, como si en un
periodo de 12 horas después de la renuncia de Morales… y
después de amenazas directas de parte del nuevo ministro de
Gobierno y del nuevo Gobierno diciendo que iban a detener a todos los
periodistas sediciosos, extranjeros y nacionales, algo
anticonstitucional. Obviamente hay libertad de prensa según las
leyes bolivianas. Y una mezcla de miedo y de conveniencia ha conducido
a que no hubieran medios nacionales que cubrieran esta masacre. Es
fácil llegar a la zona como norteamericana. Yo he ido sin
problema. No habían medios nacionales, sólo mostraban o
copiaban el discurso del Estado y había una desesperación
de la gente pidiendo que la comunidad internacional y que la prensa
internacional cubra lo que estaba pasando para que no pase
desapercibido.
AMY
GOODMAN: ¿Qué dicen los militares sobre las muertes de
los manifestantes pro-Morales? ¿Qué tipo de tratamiento
médico están recibiendo? ¿Tiene la gente miedo de
acudir a los hospitales? ¿Tiene la gente miedo de que los
militares que han abierto fuego vayan a los hospitales donde los
heridos en las protestas están siendo tratados?
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, el Gobierno con mucho descaro ha anunciado que
manejaban armas de fuego, dos manifestantes, lo que no era cierto y
hemos constatado que es mentira. Sugirieron que ellos se estaban
disparando entre ellos en la nuca. Eso también es falso.
Sólo había una clase de bala que hemos encontrado y
centenares de balas y centenares de cartuchos de gas
lacrimógeno. Una cosa sumamente preocupante de la capacidad del
Estado de tergiversar, de tratar de mantener la población urbana
y blanca en contra de la población indígena y de bajos
recursos.
AMY
GOODMAN: Quiero que escuchemos al presidente exiliado de Bolivia, Evo
Morales, hablando con el Washington Post sobre una de las razones por
las que se vio forzado a renunciar.
EVO
MORALES: Planteamos un nuevo Tribunal Supremo Electoral con nuevos
actores políticos y, sin Evo Morales, nuevas elecciones. Tampoco
aceptaron. Pero seguían las agresiones, seguían quemas de
viviendas, de nuestras autoridades, de los dirigentes sindicales,
amenazas a quemar esposas, a familiares, hijas e hijos. Era
insoportable. Y para que no haya estas agresiones de la derecha, de los
violentos, yo renuncié. Para que se acabe eso.
AMY
GOODMAN: Ese era Evo Morales. En una entrevista a Al Jazeera, Morales
dijo que quiere volver a Bolivia para terminar su mandato, que
terminaría en unos meses, pero que no se postulará para
una nueva reelección. ¿Qué opina de esto?
KATHRYN
LEDEBUR: Yo creo que esa es la idea. Es importante saber que el
Gobierno de Evo Morales ha cedido a todas las demandas de la
oposición derechista y que ellos en ningún momento han
frenado la violencia, no se han presentado abiertos a la
negociación y no se están comportando de una manera
democrática. Y si no hay una apertura de su parte, si no entran
en razón, el futuro cercano será de violencia aguda,
violaciones de derechos humanos y mayor polarización.
AMY
GOODMAN: ¿Ve alguna posibilidad de que las fuerzas que tienen el
poder ahora en Bolivia entablen conversaciones con el movimiento al
socialismo de Morales, para lograr unas negociaciones pacíficas
que puedan permitir la vuelta de Morales? Por supuesto la
autoproclamada presidenta dice que Morales no puede postularse de nuevo.
KATHRYN
LEDEBUR: Lógicamente Morales es presidente constitucional hasta
el 22 de enero de 2020. Áñez se ha reunido con el enviado
especial de la ONU, ojalá que participen en eso. Pero hasta el
momento el comportamiento, las declaraciones, los decretos supremos que
ellos han aprobado no sugieren esa apertura y la situación
aquí es muy preocupante. Y es muy importante la intención
y la presión de la comunidad internacional para que cese la
violencia y para que negocien y convoquen a elecciones transparentes.
AMY GOODMAN: ¿Cree que el derrocamiento de Evo Morales fue un golpe de Estado?
KATHRYN
LEDEBUR: Por supuesto que sí ha sido un golpe de Estado. Las
fuerzas armadas inicialmente no eran las fuerzas principales del
derrocamiento. Había grupos de choque civiles, había un
motín de la policía, pero inmediatamente con la renuncia
de Morales a pedido del comandante de las fuerzas armadas, algo
sumamente anticonstitucional, los militares han salido a las calles,
han empezado a meter bala y ha empezado a morir la gente. Sin duda esto
es un golpe de Estado. Y ahora estamos en una situación de
dictadura sin una salida previsible.
AMY
GOODMAN: Finalmente, puede explicar para una audiencia global la
importancia de la región de Santa Cruz, y hable de la abierta
actitud hostil y racista de las personas en el poder ahora mismo y de
las divisiones que hay en el país.
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, Santa Cruz es creo la tercera o segunda ciudad en
términos de población de Bolivia. Es una ciudad de
tierras bajas que era, hasta la dictadura de Banzer en los años
70, muy pequeña. Ha crecido bastante, tiene una economía
dinámica, por lo menos hasta el mes pasado, y muchos de sus
residentes son migrantes de otras regiones del país. Sin
embargo, siempre ha habido un grupo de élite, una
oligarquía cruceña blanca, económicamente
pudiente, que ha promovido la visión de separatismo, de la
superioridad de los cruceños. Esa no es la opinión de la
mayoría de la población allá, pero es algo que
existe. En 2008 encabezaron, con el apoyo de Estados Unidos, un intento
separatista de golpe que fue frustrado y, por ejemplo, este grupo de
élite se ha opuesto a la Ley de Identidad de Género.
Entonces, esto es un grupo que tiene mucha gente afuera por cargos de
violación de derechos humanos, corrupción, gente que
quiere que vuelvan sus élites, que tengan bastante dinero. Por
ejemplo, Camacho aparece varias veces en los “papeles de
Panamá” con cuentas en el exterior y una falta de
transparencia.
AMY
GOODMAN: Explique que dicen los papeles de Panamá sobre Camacho
y cómo ha sido su ascenso al poder. ¿Diría que es
un personaje similar a Guaidó, quien se autoproclamó
presidente de Venezuela y recibió el apoyo de Estados Unidos en
su intento de expulsar del poder a Maduro?
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, tiene una figura y una ideología parecida a
Guaidó o incluso peor en términos de su enfoque
derechista. Nunca ha pedido un cargo político, pero es un
movimiento pseudo carismático basado en el odio que está
impulsando ese movimiento golpista. Según los papeles de
Panamá él tiene tres cuentas o tres entradas en los
papeles de Panamá. Uno es con un solo socio y una deuda no
pagada. Hay un segundo con 31 socios y todos estos socios son de las
familias oligárquicas de Santa Cruz y Beni, muchas de las
familias que estaban respaldando este golpe de Estado, pero
también lo hacen las élites en las otras ciudades. Y otra
cuenta con pocos socios que tampoco se sabe de qué se trata.
Pero se nota claramente que hay mucho dinero y que no está en
Bolivia y que no sabemos las orígenes ni los nexos de esos
fondos.
AMY
GOODMAN: ¿Qué rol cree usted que está teniendo
Estados Unidos en lo que está ocurriendo en Bolivia?
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, al principio, las primeras declaraciones
públicas de Estados Unidos fueron más o menos comedidas,
apoyaron la auditoría de la OEA. Pero inmediatamente
después de la renuncia de Morales han aplaudido lo que ellos ven
[como] la restauración de la democracia, han aplaudido la
presidencia y han reconocido inmediatamente a Áñez, tanto
ellos como otros países de ese mismo bloque de Estados Unidos. Y
Trump personalmente ha felicitado a Áñez. Y,
además, el secretario de Estado, Pompeo, ha hablado de la
restauración de democracia en Bolivia y de que ojalá
Venezuela siga el mismo camino. Es sumamente preocupante tuitear eso en
el mismo día de una masacre, el mismo día de un decreto
supremo autorizando impunidad para las fuerzas armadas y la
policía. Entonces no está claro el papel que ha jugado
Estados Unidos, pero que existe apoyo desde la Casa Blanca para este
golpe y que no han dicho nada para que se frene la violencia, eso
sí es cierto.
AMY
GOODMAN: Para terminar, y gracias por su tiempo, sabemos que las cosas
están muy difíciles en Cochabamba tras la masacre, pero
¿le sorprendió que Morales dijera que no se
postulará para un cuarto mandato? ¿Cree que
cometió un error previamente al intentar ser reelegido de nuevo,
generado malestar en su propia base progresista? Explique cómo
se llegó a esta situación.
KATHRYN
LEDEBUR: Bueno, yo creo que la decisión… desde las
elecciones las actuaciones que ha tomado el presidente Morales han sido
conciliadoras, negociadoras, en colaboración con la comunidad
internacional. La decisión de no candidatizarse después
de la auditoría de la OEA era un intento para conciliar la paz y
tener una salida. Había mucha gente que cuestionaba el esfuerzo
de Morales para reelegirse para un cuarto mandato. Él
perdió un referéndum, pero con intervención de la
oposición en el proceso y con noticias falsas que han sido una
parte clave de toda esta crisis. Y después, la decisión
del Tribunal Constitucional para un cuarto mandato fue ampliamente
cuestionada. Pero es importante señalar que en este momento ya
no hay Evo Morales, ya no hay justificativo, y hay que señalar
que una parte de la decisión del cuarto mandato se basaba en el
temor de lo que está pasando exactamente ahora, este enfoque
sistemáticamente racista contra la gente de áreas
rurales, la gente indígena, con violencia estatal enfocada, algo
sumamente preocupante. Entonces, el temor de que se evite esto no
sé si justifica o no justifica, es el punto de vista de cada
quien. Pero aquí estamos, con un ataque contra la gente
indígena, con grupos de choque en motos, golpeando a gente por
cómo se visten o cómo es su cara. Y ahora ya no
está Evo Morales, él ya no es un factor en el conflicto,
y el comportamiento antidemocrático, la violencia, el enfoque de
detenciones para sediciosos y las amenazas contra defensores de
derechos humanos, líderes que apoyaban al MAS y periodistas
siguen y ponen en peligro a la mayoría de la población
boliviana.
AMY
GOODMAN: Kathryn Ledebur, muchas gracias por acompañarnos,
continuaremos cubriendo este asunto. Ledebur es directora de la Red
Andina de Información en Cochabamba, donde ocurrió la
masacre del viernes, además de investigadora, activista y
analista con más de 20 años de experiencia en Bolivia.
Esto es Democracy Now! Soy Amy Goodman. Muchas gracias por
acompañarnos.